Toda pareja, después de cierto tiempo, desea dar el siguiente paso: casarse, vivir juntos, tener hijos, y acompañarse en la edad de oro. Ese parece el plan ideal de la mayoría del mundo, aunque son pocas las parejas que lo logran. Este diario, encontrado hace unos 29 años en lo que solía ser un apartamento, es una muestra de ello.
Lunes 2 de Febrero, 1987:
Freddy y yo llevamos 7 años de relación, de los cuáles llevamos casados los últimos 6 meses. Hemos estado viviendo con mi mamá, aunque él quiere independizarse. Yo también quiero vivir junto a él, pero me siento mal por pensar en dejar sola a mi mamá, así que le dije que si queríamos independizarnos, debíamos vivir cerca de donde ella vive.
En la tarde, al llegar del trabajo, lo vi entusiasmado ya que encontró una gran oferta en un apartamento a 2 kilómetros de donde vive mi mamá. Se lo comentamos, y aunque no pudo ocultar su tristeza (ya que esperaba que viviéramos con ella unos años más), nos dio su apoyo para mudarnos.
Visitaremos el apartamento mañana a las 13 horas, realmente espero que sea lindo y en caso de que sea un piso alto, que haya un elevador. Estar embarazada y subir escalones no es muy divertido que digamos.
Miércoles 4 de Febrero, 1987:
Ayer visitamos el apartamento. Es amplio, tiene 2 habitaciones y está muy bien ubicado en la ciudad. Lo único malo es que está en el penúltimo piso del edificio, el quinto concretamente, y no tiene elevador. Si bien pudo haber sido mucho peor, no me hace feliz la idea de pasar mis últimos 3 meses de embarazo subiendo y bajando 4 pisos.
Aunque yo preferiría quedarnos a vivir con mi mamá hasta que el bebé tenga al menos unos 2 años, debo decir que esta es una muy buena oportunidad. El precio del apartamento es muy accesible, demasiado, y podemos visitar a mi madre con regularidad... pero en realidad el edificio no me ha convencido del todo, ya que veo que hay pocos inquilinos y algunos de los que están parecen querer irse. En una semana nos mudaremos, supongo que escribiré hasta entonces.
Jueves 12 de Febrero, 1987:
Finalmente, parece que todo está en orden en nuestro nuevo apartamento. Ayer Freddy y yo tuvimos un día de locos, tuvimos que pagar el precio neto del apartamento en el banco y tuvimos que acomodar todas nuestras cosas en el apartamento. Caí rendida a las 8 de la noche, por suerte Freddy sacó los días de ayer y hoy de vacaciones.
Hoy en la mañana, los vecinos de piso nos vinieron a saludar, son una pareja menor que nosotros, son estudiantes. Nos invitaron a tomar un café en su apartamento, se ven un poco cansados. Me caen bien, aunque no me sentí cómoda después de preguntarles quiénes eran los demás vecinos del quinto piso, ya que se miraron el uno al otro y me respondieron que de momento, serían solo ellos.
Supongo que hubo un cambio de dueño en el edificio, ya que de unos 24 apartamentos que hay, si acaso la mitad están ocupados. Lo que sé es que la mayoría de esos apartamentos están en venta, por lo que probablemente vendrá más gente. O eso espero. Realmente no me gusta estar tan sola en un edificio como éste.
Sábado 14 de Febrero, 1987:
Hoy fue el día de San Valentín, Freddy y yo no pudimos celebrarlo como usualmente hacíamos ya que esta semana hemos gastado mucho dinero. Por eso decidimos quedarnos en el apartamento y descansar. Parece que el resto de inquilinos si salió, excepto los inquilinos del sexto piso.
Hace unas horas, como a las 6 de la tarde, escuchamos como mucha gente subía a este piso. No le dimos importancia, hasta que empezaron a escucharse ruidos, como golpeteos, en nuestro cielorraso. Supongo que deben estar bailando o haciendo alguna actividad en el sexto piso, aunque no se escucha música.
Como a las 4 de la tarde, cuando regresamos de la casa de mi madre, vimos a nuestros vecinos en la entrada del edificio. Algo no me gustó en sus expresiones, parecían urgidos por irse. Quizá iban tarde a alguna fiesta de la Universidad. Supongo que luego les preguntaré qué hicieron.
Ahora solo espero que estos golpeteos cesen, para poder dormir tranquila. Jamás pensé que a mis 32 años escribiría esto, de hecho, jamás pensé que volvería a escribir en un diario. Pero es una buena forma de entretenerme desde que me dieron período libre del trabajo por mi embarazo, y supongo que en el futuro esto podrá entretener a alguien.
Lunes 16 de Febrero, 1987:
La pareja que vive en nuestro piso no ha vuelto. Quizá era un paseo largo al que iban, aunque admito que me preocupa que aún no hayan regresado. Los golpeteos que escuchábamos el sábado en la noche se extendieron hasta la madrugada del domingo. Freddy parece no haberse percatado, yo en cambio, despertaba cada 10 o 15 minutos debido a la bulla.
Escuché unas voces pasar por nuestro piso a eso de las 4 de la mañana, y aunque se estancaron ahí por unos minutos, finalmente bajaron y pude dormir en paz. Me asusta un poco estar sola en el piso, así que acomodaré todo lo que pueda de nuestras pertenencias en el apartamento, supongo que a las figuras de Jesús y María no les gusta estar encerradas en una caja. Me está haciendo mal esto de pasar sola todo el día, solo espero que Freddy llegue pronto, y con algo rico para comer.
Jueves 19 de Febrero, 1987:
Ya todo está acomodado, ya todo parece estar limpio y en orden. De eso me dí cuenta el martes, llevo dos días deambulando por el apartamento, viendo un poco de televisión o leyendo algunos libros viejos. Ciertamente, necesito más pasatiempos que escribir un diario que probablemente nadie leerá.
En fin, hoy decidí visitar a mi madre. Casi me resisto a la idea al pensar en todos los escalones que tenía que bajar, pero ella ha sido muy importante para mí. Sin duda me arrepentí a la hora de regresar y contar cada escalón que tuve que subir. Son 70 los escalones del demonio que tengo que subir y/o bajar si quiero escapar del aburrido apartamento. Al menos me pondré delgada rápido después de tener a Brandon. Bueno, yo quiero ponerle ese nombre al bebé en caso de que sea varón, y sé que será varón, aunque Freddy quiera tener una niña.
Al subir al quinto piso, noté que el dueño del edificio, el señor Andrews, estaba tocando la puerta de los vecinos, aunque fue en vano ya que estos no abrieron. Parece que sí regresaron el sábado, o más bien domingo en la madrugada, pero desde entonces no han salido. Me parece muy raro ya que no he escuchado sonido alguno en el piso desde entonces, y eso que he estado por lo menos unas 100 horas seguidas en el apartamento desde que ellos "regresaron".
Sábado 21 de Febrero, 1987:
Hoy Freddy salió a hacer las compras del supermercado en la mañana, lo hubiera acompañado pero he estado teniendo mal sueño desde la semana pasada. Mi madre dice que en veces el bebé está activo mientras que uno duerme, y por eso puede que me esté sintiendo así. Lo importante es que Freddy me trajo una sorpresa, adoptó un gatito para mí.
Él sabe que amo a los gatos, me dijo que me veía cansada y aburrida, ciertamente lo estoy, así que quizá un amiguito felino podría hacerme compañía. Le puse Coco, ya que es cafecito. Tiene año y dos meses, pero está bien grande ya, lo importante es que fue un amor desde que me vió.
Los vecinos siguen sin aparecer, el señor Andrews nos avisó que en caso de que lo vecinos no aparezcan, el lunes a primera hora vendría la policía para hallanar el apartamento. Esto es bastante raro, tengo ganas de tocar a su puerta y decir que soy yo, pero Freddy me recomendó mantenerme alejada de lo que podría ser una escena de crimen. Él siempre ha sido exagerado.
Martes 24 de Febrero, 1987:
Aún no puedo creer lo que sucedió ayer. La policía llegó a eso de las 6 de la mañana, tocaron la puerta de los vecinos mas no hubo respuesta, por lo que entraron por la fuerza. En el apartamento no había nadie. Un detective entrevistó a varios de los inquilinos, unos vecinos del segundo piso afirman haberlos visto subir a las 2 de la mañana, asimismo afirman que no bajaron desde entonces.
El detective nos entrevistó a Freddy y a mí, mas no le pudimos dar mayor pista. Solamente que los vimos en la entrada del edificio el sábado 14 de febrero a eso de las 4 de la tarde, y que no los vimos ni escuchamos desde entonces. Al finalizar esta declaración noté como el detective, de apellido Olson, mantuvo silencio como esperando a que siguiéramos hablando, por lo que bromeé diciendo "Capaz que se unieron a la fiesta que se tenían ese día en el sexto piso".
El detective Olson ni sonrió, al contrario. Se puso pálido, nos agradeció por nuestras declaraciones mientras le hacia señas a uno de los policías, y entró al apartamento de los universitarios, donde media hora después afirmó que en caso de que la joven pareja hubiera subido al quinto piso, no entraron al apartamento, y que desde el sábado en la tarde todo habría estado intacto. No pude saber más del asunto, pero sin duda investigaré, aunque Freddy no quiera.
Jueves 26 de Febrero, 1987:
Hoy tuve cita en el hospital en la mañana, parece que todo va bien con Brandon, creo que para mediados de Abril ya debería de haber nacido. Al regresar al apartamento, ví al detective Olson discutiendo con el señor Andrews. No pude saber a ciencia cierta sobre qué hablaban, pero parece ser algo serio. El detective me vió mientras me preparaba mentalmente para subir los 70 putos escalones.
Parecía que quería decirme algo, así que lo espere. Cuando el detective se dirigía hacia la puerta de salida, desvió su camino hacia mí y me dijo secamente "Si cualquier cosa fuera de lo normal sucede, no dude en llamarme", mientras me daba una tarjeta con su número y el número de la policía local, lo más disimuladamente posible.
Al llegar al quinto piso, no pude evitar sentir un escalofrío, el ambiente está aún más pesado que cuando nos mudamos. Al entrar, vi a Coco echado en el sillón, viendo hacia la figura de la Santa María que estaba tirada y rota en el suelo. Supongo que ese infeliz gato se puso a juguetear en la sala y botó la figura que me regaló mi madre al haber hecho la Primera Comunión.
Si bien me enoja que la Virgen se haya quebrado, sé que Coco no lo hizo con mala intención. Lo que llama mi atención es la forma en que se quebró la figura, se partió en la mitad, justo en el vientre. Por suerte no soy supersticiosa, o ya me hubiera ido corriendo de aquí.
Domingo 1 de Marzo, 1987:
Ayer fue un día sumamente extraño. Desde que desperté, sentí que algo andaba mal, o bien, que algo pronto iba a salir mal. Parece ser que el señor Andrews quiere desalojar el apartamento de los vecinos desaparecidos, pero la policía se lo está impidiendo. Siento que es injusto por él, ya que podrían durar meses investigando lo que sucedió, y el no va a percibir ingresos por el apartamento; pero ciertamente es una pieza importante de la investigación.
Coco estuvo inquieto todo el día, arañaba la puerta de entrada y se notaba que quería salir. Yo también he tenido esa sensación, solo que a veces quisiera huir a casa de mamá y hacer como que nada ha pasado aquí. En fin, cuando agrupé la ropa sucia y salí del apartamento con la lavandería del edificio como destino, el gato salió a toda velocidad. Es un gato, va a regresar cuando tenga hambre.
En la noche, nuevamente escuchamos gente subiendo al sexto piso, con la misma actitud del 14 de febrero. Supongo que tienen un salón de eventos en ese piso, o quizá los inquilinos ahí sean parranderos, aunque bien nunca he subido ni visto a nadie bajar del sexto piso.
Los golpeteos eran fuertes, pero no tanto como los de la vez anterior. Esta vez si pudimos dormir bien, lo raro sucedió a la 1:30 de la mañana de hoy. El teléfono sonó, Freddy se levantó y contesto, pero dice que no se escuchaba nada, si acaso una leve respiración. Sin duda fue raro, pero hay gente sin vida que hace ese tipo de cosas. Lo que prosiguió a la llamada fue todavía más raro, ya que escuchamos como las personas que subieron al sexto piso, comenzaron a bajar.
Freddy vió a través de la mirilla de la puerta de quienes se trataba, pero se aparto de inmediato. Dice que alguien estaba viendo también a través de la mirilla, pero desde afuera. Iba a salir pero le pedí que no lo hiciera, que seguro era alguien borracho o algún bromista. Él me hizo caso, pero pegó una postal que nos dieron en la Iglesia con cinta, tapando la mirilla desde adentro. Según él, era alguien que quería ver que cosas de valor tenemos en casa, o si estaba solo.
Espero que las cosas se calmen. Ya vamos para un mes de vivir aquí y realmente la estancia no ha sido tan agradable. Hoy Freddy me dijo que iría a hablar con el señor Andrews sobre lo ocurrido en la madrugada, realmente está molesto con eso.
Miércoles 4 de Marzo, 1987:
El domingo por la tarde, Freddy habló con el señor Andrews. Me contó que en cuanto le dijo que varias personas habrían subido al sexto piso en horas de la noche del sábado, y que a la hora de irse, se quedaron varados por unos minutos en nuestro piso, le contó sobre la llamada y el hombre que miraba a través de la mirilla de la puerta.
Freddy me dijo con una voz molesta, que el señor Andrews en primera instancia no supo que contestar, pero que cuando comenzó a hablar notó que no decía la verdad. "Me parece que son los inquilinos de los primeros pisos, hablaré con ellos... no se preocupe". Conozco a Freddy, le pedí que no hiciera nada loco. El lunes lo hizo.
Me contó, sumamente preocupado, que subió al sexto piso mas al llegar al último escalón había una puerta que impedía entrar en el piso. No habían huecos, la puerta estaba cerrada, solamente había una ventanilla con un vidrio esmerilado, pero que todo estaba oscuro ahí. Eran las 6 de la tarde, quizá ya se estaba poniendo oscuro y por eso se le dificultó ver, aunque él afirmo que era como ver un lugar a oscuras en la noche.
Llamamos por teléfono al señor Andrews, aunque no contestó. Le comenté a Freddy lo que me dijo el detective Olson, y sin dudarlo por un minuto lo llamó. Le contó todo lo sucedido, más el detective le contestó que lamentablemente la policía no podría entrar al edificio con esos acontecimientos, por irónico que suene, algo de mayor fuerza tenía que suceder para poder entrar. Sin embargo nos prometió investigar al señor Andrews, y el edificio en su totalidad. No era lo que queríamos, pero al menos es algo.
Coco no ha regresado, ni lo he visto por el edificio. Me preocupa donde se pudo haber metido ese gato, pero no quiero ponerle más estrés a Freddy y decirle que lo vaya a buscar, supongo que mañana, después de que regrese de un chequeo médico, lo buscaré.
Viernes 6 de Marzo, 1987:
Quiero irme de este apartamento, no lo soporto un día más. ¿Por qué fuimos tan idiotas y lo compramos así como así? Esto no está saliendo bien. Escribí que ayer buscaría a Coco en el edificio, pero no lo encontré. Ya va para una semana sin aparecer, así que le pedí ayuda a Freddy.
En cuanto regresó del trabajo, se puso a buscar en las cercanías del edificio. Sabía que no debía de pedirle ayuda, el muy tarado usó al gato como excusa para forzar la puerta del sexto piso. Realmente no le llevó mucho trabajo entrar, revisó y no encontró al gato. Me contó que la razón por la que se veía oscuro a través de la ventanilla era porque alguien habría forrado todas las ventanas con bolsas de basura color negro. Me describió que no hay puertas, y que estaba sucio y tenía un olor como a quemado. Lo que nos faltaba.
Él quizó llamar al detective, pero no tiene sentido, lo podrían acusar de invasión y daños a la propiedad privada. El señor Andrews sigue sin contestar, es como si se lo hubiera tragado la tierra. Pareciera que todo el mundo puede desentenderse de este maldito lugar, menos Freddy y yo.
Hoy en la mañana, decidí hacer algo útil y ponerme a lavar la ropa sucia. Bajé a la lavandería del edificio, ubicada en el sótano, y pasó algo terrible. Mientras sacaba la ropa mojada de la lavadora, y la colocaba en una cesta encima de ésta, noté que una gota me cayó en la nuca. Alguna tubería rota pensé y no le dí importancia.
Me agaché una vez más para proseguir mi labor, y una gota más cayó esta vez en mi cabeza. Me levanté y toqué mi pelo, seguidamente me fijé en mi mano, que estaba teñida de rojo. Otra gota cayó, esta vez en mi mano, la gota más gorda y sangrienta de todas. Miré hacia arriba, y encontré a un pobre animal muerto, guindando en un tubo. Me asusté mucho y me alejé, y la luz me ayudó a revelar el aspecto del animal. Era Coco.
Se veía maltratado, con una expresión de dolor en su rostro. Fue degollado claramente, y fue puesto ahí a propósito. ¿Cómo, quién? Definitivamente hay algún demente viviendo en este edificio. ¿Por qué empezó a sangrar justo cuando yo llegue? Si cuando entré a la lavandería esta estaba limpia, o bueno al menos no estaba cubierta de sangre.
Llamé sin dudar al detective, el cual llegó de inmediato. Creo que fue sobre todo por mi tono de voz, no tanto por el gato. Un equipo de policías y especialistas investigó la escena, y afirmaron mis sospechas. Coco fue torturado, y asesinado brutalmente. Una vez que testifiqué los hechos, aproveché para contarle al detective sobre los golpeteos que hemos escuchado en el sexto piso. Su reacción fue épica.
Abrió los ojos al punto de que casi desorbitan, me dijo que eso era imposible ya que nadie, exceptuando al señor Andrews, tiene acceso al sexto piso desde hace meses. Supuestamente personas conflictivas vivieron ahí, y tuvieron que cerrar el piso ya que nadie lo pensaba comprar o alquilar, y los inquilinos del edificio empezaban a irse. ¿Cómo caímos en esta mentira? No me importa lo que diga Freddy, mañana mismo nos vamos de vuelta donde mi madre por el bien del bebé y de nosotros.
Sábado 7 de Marzo, 1987:
MALDITA SEA. Freddy llegó enfermo del trabajo el viernes, así que preferí no contarle lo de Coco. Ha tenido muchísima temperatura y los medicamentos que tenemos en el apartamento se empiezan a gastar. Hoy al despertar, se veía un poco mejor, por lo que le sugerí que nos fuéramos donde mi mamá, ya que yo soy prácticamente inútil una vez que el suero y las pastillas se acaben.
Se levantó de la cama y pensé que se alistaría para ir donde mi mamá, pero más bien corrió hacia el baño y vomitó, nuevamente tiene temperatura alta. He hecho todo lo que puedo para que se mejore, pero nada parece funcionar. Llamé a mi madre, y aunque contesto el teléfono, no decía nada, solo podía escuchar su respiración y como hacia sus cosas, supongo que estaba cocinando. Colgué y volví a llamar, lo mismo sucedió. Llame 4 veces más, siempre fue igual, excepto la última vez.
La última vez que la llamé, escuché como su respiración se hacía más rápida, hasta el punto que empezó a perderla. Escuché a mi madre mientras se ahogaba, mientras ella perdía la vida. Grité con todas mis fuerzas, solamente pude escucharla sollozar y luego no hubo más respiración. Freddy está tan enfermo que no se ha dado cuenta de lo que sucedió, está dormido.
Llamé a la policía, solicitando que fueran a casa de mi madre y revisarán que todo estuviera bien, bajo el motivo de que "no me respondía el teléfono". Sé que no me han dado importancia, aunque de nuevo, mi tono de voz pudo haber asustado a la muchacha que me contestó. No he sabido nada de mi madre desde entonces.
Domingo 8 de Marzo, 1987:
¿Por qué eso nos tiene que suceder a nosotros?, ¿qué mal hemos hecho? Ayer en la noche, Freddy empezó a convulsionar. Llamé a una ambulancia, pero se cortó la línea. Empecé a escuchar pasos subir a nuestro piso. Pensé que sería ayuda, al fin alguien me escuchó gritar y llorar, mas ha sido todo lo contrario.
Me asomé por la mirilla de la puerta, habían unas 10 personas con capuchas de color gris al frente de mi puerta, subiendo hacia el sexto piso. "¿Pero qué miérda es esto?" grité del susto. Todos voltearon, y se dirigieron a nuestro apartamento mientras decían cosas inentendibles, en otro idioma tal vez.
Corrí hacia la cocina de nuestro apartamento, y agarré un cuchillo grande y filoso. Estas personas empezaron a patear la puerta, Freddy sigue tumbado en la cama, así que por el bien del bebé me oculto en el clóset de la segunda habitación, la que alistábamos para el bebé, ya que tiene vista directa a la habitación de Freddy y mía.
Los intrusos entraron, sus palabras comenzaban a sonar más fuerte. Unos coreaban, otros hablaban en latín. Estos se dirigieron justo a nuestra habitación, donde encontraron a Freddy. Comenzaron a rezar alguna oración, prendieron fuego a unas candelas que llevaban algunos de los miembros de la secta, y entonces lo tomaron del pelo y le cortaron horizontalmente la garganta. Han asesinado a mi esposo en nombre de algún demonio.
Puedo sentir como el bebé que llevo en el vientre también empieza a sufrir todo este estrés, todo este dolor que he sentido en los últimos días. Guardaré este diario y lapicero dentro de mi vestido, si esos infelices me llegan a encontrar sin duda usaré el cuchillo. Si no escribo más, seguramente estaré muerta.
Lunes 9 de marzo, 1987:
Escribo esto en este día aunque en realidad no tengo idea de qué día es. Los malditos de la secta me encontraron sin problemas, la clavé el cuchillo al primero que intentó tocarme, si no lo maté por lo menos debe estar en cuidados intensivos, ya que apunté al lado izquierdo del pecho. Sin embargo, el maldito que venía atrás me quitó el cuchillo de las manos, y el que venía atrás puso un sucio trapo en mi rostro, cubierto seguramente de cloroformo.
Desperté en el sexto piso. Es más oscuro de lo que pensé. Hay un cadáver aquí, en medio de una estrella encerrada en un círculo. Sé que no es Freddy, me temo que sea el señor Andrews. Estoy encadenada, no me han hecho ningún daño. Pude escuchar a algunos miembros de la secta hablar, al parecer los inquilinos de los primeros pisos son los creadores de la secta, e iban convenciendo poco a poco a los vecinos de los pisos superiores a unirse a sus rituales o sufrir las consecuencias.
Tenían amenazado al señor Andrews sin duda alguna, lo obligaron a poner los apartamentos del quinto piso a un precio estúpidamente barato para atraer más gente. Y nosotros caímos en su maldita trampa. También escuché como uno de los miembros de la secta decía que no podrían tenerme encerrada hasta que tuviera al bebé, parece que quieren ofrecerle mi niño al propio Satanás. Escuché su plan de hacerme una cesárea en su próximo ritual, saben que tengo casi 8 meses de embarazo y el bebé puede sobrevivir.
Llevo días aquí, solamente me traen agua y restos de comida, supongo que llevarán a cabo el ritual el próximo sábado. Sé que no voy a sobrevivir, no sé lo que estos malditos harán con mi niño o niña. No sé como fue que el diario y el lapicero llegaron conmigo hasta aquí, pero al menos pude relatar todo esto. Sé que alguien lo encontrará algún día. Aunque estoy segura de que son estos malditos de la secta que siga escribiendo todas sus "hazañas".
Estoy sola, es de noche y tengo frío. He tomado una decisión, no voy a dejar que estos malnacidos ganen. Sé que llegaran a verme mañana, sea el día que sea, a eso del mediodía. Tengo varias horas sola, y quizá sea mi última oportunidad. No voy a dejar que ellos gocen mientras me abren y me arrebatan a mi hijo, para que luego probablemente nos corten el cuello a ambos. Me voy a suicidar.
Estoy encadenada de pies y manos, las cadenas no son lo suficientemente largas como para ahorcarme. No hay piedra ni objetos pesados cerca mío, el vaso con el que me dan agua es de plástico. Lo único que tengo es al diario y el lapicero. Lo escribiré antes de hacerlo, me voy a clavar la punta del lapicero en el cuello, en la parte donde se encuentra la yugular, hasta morir. Es la única forma de salir de esta tortura, es por el bien de nosotros. Si no vuelvo a escribir, pueden tomar mi intento de suicidio como exitoso.
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Eso fue lo último que se encontró escrito en el diario de Sarah Gardner. El diario se encontró en el edificio donde vivía la pareja, en el sexto piso, a la par del cadáver de una mujer que se habría suicidado según las marcas y heridas que tenía en el cuello. Su vientre fue abierto posteriormente, mas el feto no pudo haber sobrevivido la muerte de su progenitora.
El edificio fue abandonado por el resto de inquilinos, quienes "desaparecieron de los radares" según la policía. No se han encontrado culpables, y no se sabe con total seguridad qué fue lo que realmente pudo haber vivido Sarah después de haber escrito la última página de su diario. Nunca se encontró al feto. El edificio fue demolido años después de la tragedia.
Hyboor
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